El 26 de junio de 1806 en Quilmes

El 26 de junio de 1806 en Quilmes

Excelentísimo Señor,

Son las ocho y media y acabo de reconocer personalmente los enemigos en una columna como de ochocientos a mil hombres, y dos pequeñas partidas desiguales, que convendrán como cuarenta hombres, no me es posible saber si entre el monte y la playa hay alguna gente mas como suponen los baqueanos que me acompañaron, ellos han detenido su marcha, y están en inacción en la parte de allá del Bañado, y arrimados al monte que dista de aquel como seis cuadras, cuya extraña conducción vuelve a persuadirme que su proyecto no es el de mayor empeño, sin embargo siempre convendría que se me acerque Elía con la segunda división del Tren.

Dios guarde a Vuestra Excelencia, Quilmes, 26 de junio de 1806

Excelentísimo señor

Pedro de Arze

Esta es la transcripción del informe que Pedro de Arze envía al Virrey Sobremonte en la mañana del 26 de junio de 1806 desde Quilmes. ¿Qué había pasado?

Desde la noche del 24 Buenos Aires sabía que la flota inglesa estaba intentando un desembarco. Enterado Sobremonte, decide que el subinspector de armas Pedro de Arze se dirija con un batallón a Quilmes para reconocer la zona y dar novedades, y otro al mando de Azcuénaga y Giannini se dirijan al Puente de Galvez (zona del actual Puente Pueyrredón) para cortar allí un posible ingreso enemigo a la ciudad. Arce llega a Quilmes, entonces aún reducción indígena, la noche del 25 junto con 500 hombres; se une allí a los 150 al mando de Nicolás de la Quintana, quien le informa que los primeros datos cuentan de un desembarco poco importante, principalmente de tropas de marinería. Los británicos habían estado desembarcando soldados y pertrechos desde la mañana de ese 25 de junio, y por la noche dos esclavos de la propiedad del comerciante Juan Antonio Santa Coloma (ubicada en el actual norte de la ciudad de Bernal) ya habían avisado a la guarnición estacionada en el puente de Galvez sobre el mismo, y principalmente sobre la cantidad del arsenal y tropas desembarcado, que poco tenía que ver con esos informes preliminares: las tropas británicas sumaban más de 1500 efectivos bien expermimentados y su artillería era de notable importancia.

Sin embargo, y como se lee en el informe con el que encabezamos este artículo, y que es el primero realizado luego que Arze inspeccionara personalmente la zona, la oficialidad de Buenos Aires seguía aún sin darle a la situación la importancia que la misma merecía a pocas horas de tener que entrar en combate. Es verdad que las tropas porteñas eran escasas y estaban mal preparadas, pero sin dudas la subestimación del desembarco no jugó a favor de una posible defensa.

Ahora bien, ¿dónde fue el desembarco?. Al respecto existen tres teorías:

  1. La clásica, esbozada por José Craviotto y Cesar Barrera Nicholson. De acuerdo a los informes ingleses, ellos arribaron el 24 a la “Punta de Quilmes”. Basados en un plano levantado por el servicio naval español en 1812, el Servicio de Hidrografía Naval argentino determinó en 1937 las coordenadas de ubicación exacta de la misma, lugar que pocos años después fue declarado Sitio Histórico Nacional y se encuentra en el Club Náutico. Basándose en esos datos, Craviotto y Nicholson ubican el desembarco en la playa entre el Náutico y el arroyo Colorado.

2. Una segunda, esbozada por Héctor Bandera en su libro “Quilmes y las Invasiones Inglesas”, de 2006, y que basándose en diversos datos topográficos y relatos contemporáneos de los movimientos tanto británicos como porteños durante el desembarco y posterior primer ataque y defensa, ubica el desembarco se hizo en las playas de Bernal, a la altura de la actual calle Las Heras.

3. Una tercera, propuesta hace poco tiempo por el historiador Rodolfo Cabral quien también basado en un concienzudo examen de distintos accidentes topográficos, reubica la “Punta de Quilmes” más hacia el norte, en la costa bernalense entre las actuales calles Las Heras y Espora, más cerca de la segunda.

Y llegamos así al 26 de junio. Ese día amaneció con las fuerzas británicas emergiendo de su “escondite” entre los pajonales, y las fuerzas de Arze ubicada sobre la barranca (sobre las actuales Paz-Pringles-Belgrano entre Alsina y Conesa según Craviotto, o en Mitre entre Conesa y Las Heras según Bandera). Los ingleses se formaron con el regimiento 71 a la derecha, la infantería de marina a la izquierda y el regimiento de Santa Elena detrás. Cuando comienzan a atravesar el bañado, Arze los hostiga con fuego oblicuo de sus cañones, que produce una pequeña desbandada al principio, pero pronto deja de ser efectivo para repeler a los experimentados soldados del imperio, que comienzan a ganar el bañado. Es allí cuando llegan otros 260 soldados, refuerzos dirigidos por el coronel Joaquín de Elía (los pedidos por Arze en su informe), que habían salido del Puente de Galvez a las 7 de la mañana. Al ver avanzar a los británicos deciden parar su marcha a 400 mts. hacia el noroeste de la posición de Arze. Dos oficiales se acercan a éste y le proponen atacar a los invasores por ambos flancos en un movimiento de pinzas, algo que los ingleses esperaban y que, según la posterior crónica elaborada por Alexander Gillespie (mayor del ejército invasor), les hubiera provocado la casi segura derrota. Sin embargo, Arcze decide no hacerlo y le ordena a Elía que pase por detrás de sus fuerzas y se coloque a la derecha de las mismas para unir la artillería e ambos batallones. Pero en el momento en que Elía comienza a desplegar la maniobra, los ingleses del regimiento 71 suben la barranca a la carga y disparan: las fuerzas de Arze se baten en retirada desordenada y atropellan a las de Elía, provocando choques y caídas de los caballos y desbaratando cualquier posibilidad de contraataque. Los defensores dejan toda la artillería en el campo, alguna cargada, cosa que los ingleses usan en su contra. Una vez ganada la batalla, el general William Beresford, comandante del ejército invasor, decide descansar dos horas en la Reducción mientras espera la llegada del resto de sus fuerzas. Por la tarde comienza el avance.

Las fuerzas de Arze, entanto, se reúnen en la zona de la actual Villa Argentina, donde Arze toma nota de 110 deserciones y, luego de descartar un contraataque por ser éste imposible, decide replegarse hacia la ciudad formados en 2 compañías, una por el camino de la actual Dardo Rocha y otra por la actual San Martin, bordeando la barranca. Ambas columnas se unen y descansan en la quinta de los Dominicos (actual Wilde) y mientras lo hacen reciben el aviso que los ingleses, retomando su marcha, se encontraban a tiro de cañón; rápidamente las tropas porteñas se retiran al galope. A las 17 horas cruzan el Puente de Galvez, el cual es quemado para complicar un posible cruce invasor, mientras las tropas de Azcuénaga molestan a la vanguardia británica hasta que Sobremonte ordena su repliegue a la ciudad, dejando solo una pequeña guarnición defensiva en la orilla norte del Riachuelo. El grueso del ejército invasor, mientras tanto, hace noche en la actual zona de Crucecita.

El resto es historia conocida: el día 27, mientras los británicos cruzan el Riachuelo en un improvisado puente armado con botes, Sobremonte intenta un ataque a la retaguardia desde el oeste, pero pronto desiste de la idea y se une a su familia en viaje a Cordoba, donde cree tener mayores chances de preparar un ejército para repeler a los invasores. El protocolo indicaba que el tesoro real también debía ser evacuado en estos casos, y así lo hace, aunque el mismo es capturado por los británicos en Luján. Beresford, en tanto, toma Buenos Aires sin resistencia al mediodía de ese 27 de junio.

Otras lecturas sobre el tema:

“La invasión inglesa de junio de 1806 al Virreinato del Río de la Plata – Antecedentes históricos del hecho y desarrollo del mismo hasta el comienzo del avance inglés sobre Buenos Aires”, José Craviotto & César Barrera Nicholson, original en el Boletín 1 de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes (Imprenta América, 1944) (disponible para descarga gratuita en la sección “Archivos” de esta página web), reproducido en “José Alcides Craviotto: máximo historiador de Quilmes y el antiguo Pago de la Magdalena. Homenaje: diez trabajos de investigación publicados en diversos medios gráficos”, Chalo Agnelli (comp.), (Ed. Jarmat, 2021)

“Quilmes y las invasiones inglesas”, Héctor Alberto Bandera, (El Monje Editor, 2006)

“La Punta de Quilmes”, Rodolfo Cabral (2020), en el sitio web de Pueblo Kilmes, pueblokilmes.com

Las imágenes que ilustran esta publicación fueron tomadas de documentos que se encuentran en el Archivo General de la Nación